DIOS LE HABLA AL CORAZON DE LA MUJER

Esta pagina tiene como finalidad : Informar, orientar, predicar y evangelizar a las mujeres u hombres que quieran abrirles su corazon a DIOS.

Los seres humanos, estamos formados por carne, hueso y espiritu y este ultimo es al que menos importancia le damos ya que nos pasamos la vida distraidos en vanalidades y cosas carnales dejando a un lado nuestro crecimiento espiritual.

Las mujeres de hoy afrontamos cargas y situaciones imnumerables y hasta mas que el hombre ( ya que somos los pilares del hogar, sin restarles importancia a nuestros esposos y/o padres de nuestros hijos ), formamos parte de la sociedad con roles y actividades un poco desgastantes, somos Madres, Esposas, Amigas, Trabajadoras, Amas de casa, Ministras de Iglesia o de algun grupo de oracion y hasta cabezas de familia.
Parecemos hormiguitas obreras incansables, las 24 horas del dia no son suficientes para nuestros horarios ya que siempre exigimos y/o necesitamos mas.

Esta pagina es donde DIOS nos dice, que no estamos solas, El siempre estara con nosotras no importa las cargas que estemos llevando o las situaciones por las que esten atravesando en sus vidas ( abandono,enfermedad, despidos, desamor, maltratos fisicos, verbal y/o sexual, divorcios, espera de una promesa,viudes,problemas monetarios o con esposos o hijos, etc. )

JESUS esta aqui para Sanarnos,Liberarnos, Restaurarnos y Levantarnos en su Nombre.
















martes, 31 de agosto de 2010

En el viaje eterno sólo llevarás amor





Encontrándose al borde de la muerte, Alejandro Magno hizo una petición inusual a sus generales: primero, que los médicos de la época cargaran su ataúd; segundo, que los tesoros que había conquistado (plata, oro y piedras preciosas) fueran esparcidos por el camino hasta su tumba y, tercero, que sus manos quedaran balanceándose en el aire fuera del ataúd, y a la vista de todos. Con asombro le preguntaron por qué y una a una dio la explicación correspondiente. Ante la segunda contestó: “Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros para que todos puedan ver que los bienes materiales aquí conquistados, aquí permanecen”.

En efecto, los bienes materiales, dada la transitoriedad de la forma, no se van con nosotros en el viaje hacia la eternidad, las almas viajan con equipaje ligero, sólo pueden almacenar amor y perdón. No tienen dudas, no abrigan temor, vuelan y se remontan a las alturas sin volver la vista atrás. Dejan todo y a todos.

Los que no hemos entregado nuestro boleto para abordar la partida final experimentamos el dolor de las preguntas sin respuestas.

¿Acaso piensas que es injusta la partida de un hijo, un amigo, una madre?... El dolor de la pérdida nubla tu visión como para que no desfilen delante de ti los mejores momentos compartidos.

¿Por qué a destiempo? Cuando son pocos los años vividos por el que se va no decimos cumplió su plan, eso lo repetimos cuando el viajero pasó la ancianidad. ¿Cuál es el tiempo para la partida? ¿Es acaso un instante de la eternidad, de donde vinimos y hacia donde vamos? Si nos preguntaran, cuándo quieres zarpar, podríamos contestar mañana y cuando mañana se vuelva un hoy volveremos a decir mañana. Y en ese interminable postergar, cada noche desbarataremos el ruedo del traje que usaremos en el viaje, como la joven que describió el autor de 100 Años de Soledad.

Seria provechoso hacernos más amigos de la soledad, invitarla a conversar. Así cuando nuestra memoria emocional recree el dolor de la pérdida, atraeremos a nuestro recuerdo para que nos hable de lo bien que la pasamos juntos, del miedo compartido en la oscuridad, y dejaremos, sólo dejaremos que nos cuente que te aguardan en la eternidad.

Así atesoraremos la lección más importante: ¿Cuánto puedo Amar? “En la casa de mi Padre muchas moradas hay”. Esta forma que tiene nuestro cuerpo, como todo lo material, es transitoria, como temporal fue nuestro paso por la niñez, la juventud, y lo es la vejez.

martes, 10 de agosto de 2010

LA PERSONA QUE QUIERES SER





Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un ángel hasta que rayaba el alba” (Gén. 32, 24)



Usted nunca llegará a ser lo que quiere, hasta que no elimine lo que suele ser. Dentro de cada persona habita el pequeño o la pequeña niña que le precedió. Lo que usted es hoy, está enraizado en la niñez que tuvo y en las experiencias que le acompañaron. Su autoestima, el manejo de su sexualidad, su conocimiento de lo que es interiormente, sus problemas de temperamento… están profundamente plantados en sus primeros y más importantes recuerdos. Muchas veces, ocultas y reprimidas bajo nuestra despampanante apariencia y presencia, se encuentran una cantidad de inseguridades y temores que provienen de un(a) niño(a) tembloroso(a), enojado(a) y confundido(a).



Debajo de nuestros defectos más peligrosos y vergonzosos, siempre están ocultas situaciones que deben ser enfrentadas. Cómo explicaba en el mensaje de la semana anterior, cada uno de nosotros posee un cierto grado de disfunción interior, que no reconocemos y que, por tanto, no superamos. Esa es la causa por la que podemos dar una orden a nuestra cabeza para que haga, razone y actúe según nos conviene, pero esa orden nunca funcionará en nuestra vida porque la discapacidad que cargamos no permitirá que hagamos y tengamos lo que deberíamos. La seguridad sólo llega cuando uno logra enfrentar las discapacidades que cargamos o, mejor dicho, arrastramos. Si usted quiere ser una persona diferente y tener una vida diferente, deberá enfrentar desde este mismo momento lo que han sido sus fracasos y desgracias. La paz sólo viene cuando usted se enfrenta a sí mismo. Yo no le tengo tanto miedo a los demonios, ni a la brujería ni a las maldiciones, ni a los asaltantes. No deseo jamás estar en medio de ninguna de estas situaciones, pero no me inquietan tanto. Si hay algo contra lo que estoy en constante lucha, es con el enemigo que llevo dentro.



El niño manipulado por el pasado que está dentro de mí, es mi peor pesadilla. Otras personas y otras cosas pueden intentar hacerme retroceder, pero sólo el enemigo en mí es capaz de lograrlo. El enemigo al que permitimos tome las decisiones y escoja las palabras, puede dejarnos en la ruina y en la soledad más aterradora. Es tiempo de que usted enfrente esas viejas situaciones. Hoy es el día escogido por Dios para que usted se enfrente a usted mismo. La Biblia dice que Jacob se quedó solo. No estaba precisamente solo por su propia decisión, estaba solo porque fue dejado solo. Y Dios llegó para luchar contra él. Llegó para luchar contra el (la) niño(a) sufriente, manipulador(a), controlador(a), egoísta y lleno(a) de inseguridades que había en él (ella) y darle una nueva identidad. Luchó contra Jacob hasta rayar el alba. Luchó con él para hacerlo salir de su discapacidad. Una gran cantidad de gente ha luchado contra usted para ayudarlo a que interiormente se supere y se levante, pero al cabo de un tiempo se han rendido en su lucha. Mucha gente ha intentado hacerle entender que tiene que cambiar, pero al cabo de un tiempo de lucha sin frutos, se han rendido. Usted no ha sido fácil. Es tan duro(a) y tan orgulloso(a), que los que le han querido ayudar, han optado por abandonar. Pero Dios no se rinde.



Él sabe lo que usted puede ser, conoce perfectamente el (la) esposo(a) en que se puede transformar, el papá o la mamá en que se puede convertir, el (la) profesional, empresario(a), dirigente o servidor(a) que puede llegar a ser y Él está decidido a luchar contra usted para que lo logre. Dios no se ha rendido con usted. Hay una nueva persona que levantar, una nueva creatura que revelar y una nueva identidad que otorgar. Usted debe tener la vida y la familia que soñó y lo único que puede impedir que lo alcance se encuentra escondido justamente dentro de usted. No fuera, dentro. Cómo ángel enviado por Dios, he venido a confrontarle y a desafiarle. He venido a inquietarle para que luche. Luche por su vida, luche por su matrimonio, luche por sus hijos, luche por su futuro, luche por conocer su lugar, luche por conocer el poder de Jesucristo que le quiere bendecir.



Una persona nueva está a punto de nacer. No es tarde. Aunque en su vida parece que está casi rayando el alba, la victoria es suya. Solamente la fuerza del Espíritu Santo le capacitará para que de una vez por todas luche y pueda ser libre interiormente. Solo entonces estará listo(a) para recibir de Dios su nuevo nombre y su nueva oportunidad.



Con mucho amor,

Saulo Hidalgo

Ministerios Levántate y Anda